Mi amor por los gatos es algo muy difícil de explicar, son tantas cosas las que me unen a ellos. Desde que era un niño pequeño he criado gatos y siempre me ha sido fácil identificarme mucho con ellos.
Astutos, de miles de colores (aquellos cruzaditos incluso los tienen todos a la vez), independientes, juguetones, y mil cosas más. Los odias o los amas, pero no puedes ser indiferente con uno. ¿Alguna vez te has enamorado de un gato? En primer lugar, yo he vivido enamorado de ellos, es más, me gustan todos los felinos en general.
Es algo que no tiene explicación, la alegría que te dan, los momentos de soledad que comparten contigo. Eso no se puede cambiar, ni siquiera la alegría de un perro contrasta con tener un felino en casa. Esa autonomía en los gatos es clave, aquella presunta indiferencia es su peculiar forma de llamar nuestra atención.
¿Cómo poder explicar, de otro modo, que un animalito tan altanero pueda ser a la misma vez tan adorable?”
Felis domesticus adorablus.
Los gatos tienen esa facilidad de lucir tan seguros de si mismos que no hay manera de dejarlos de querer. Aquella independencia que cada uno de ellos lleva te dice: “¡Hey, no soy propiedad tuya!, yo soy mi propio amo“. “Únicamente estoy aquí porque tú elegiste ser quien me dará la dosis de cariño y comida que necesito”.
Todo eso además de su proverbial curiosidad la cual es la que siempre los mete en líos. Quien ama a un gato no deja de hacerlo jamás. ¿Cómo poder explicar, de otro modo, que un animalito tan altanero pueda ser a la misma vez tan adorable? Evidentemente ese es el gran misterio que les rodea, aunque no te lame la mano, ni te estira la pata.
Puede estar allí, a un lado tuyo, enfrascado en su universo particular mientras se lame vanidosamente su suave pelaje.”
Alma de pantera.
Este no te sigue todo el día (excepto los siameses), pero se vuelve tu compañero, tu cómplice. Puede estar allí, a un lado tuyo, enfrascado en su universo particular mientras se lame vanidosamente su suave pelaje. Se las ingenia para hacerte una compañía increíble, con un maullido expresa miles de cosas a la vez.
Sin olvidar que por muy enano, tiene un espíritu salvaje con los instintos de cacería de un jaguar. Como resultado, la misma astucia con la que puede llegar a cazar a un ratón la utiliza para atraparnos. No, no somos los amos de los gatos, todo lo contrario, somos sumisos esclavos de ellos… pero nos encanta.
Habrá días en que no se te acercará, se resentirá y te hará sentir que puede vivir sin ti.”
Un enigma que ronronea.
Por lo menos yo no cambiaría un solo ronroneo de estos apasionantes animalitos por nada en este mundo. Sobretodo si has visto a un minino crecer. ¿Hay algo mucho más tierno que un gato pequeño? Busca a cualquiera, o al menos ubica una imagen de alguno y ten la valentía de decir que no.
Tener un gato es vivir para él, cuando se enojan contigo es como si te enfadaras con tu mejor amigo. Habrá días en que no se te acercará, se resentirá y te hará sentir que puede vivir sin ti. Luego basta que se le pase el enojo para que, de la misma manera, venga a hacer las pases contigo.
Vivir con un gato es maravilloso, la ausencia de uno es más doloroso de lo que cualquiera pudiera pensar. Hasta que llegue uno nuevo y, en consecuencia, el ciclo se repita. Además cualquiera puede tener una mascota, un gato técnicamente lo es, pero intenta conocer su opinión. Verás que por el contrario él no estará muy de acuerdo.
Hasta la próxima entrega.